SábaCat Cattery

Adiestré a mi primer perro a los 11 años, y pronto me hice cargo de las tareas de adiestramiento en la escuela canina, hasta el punto de dirigir el equipo de competición. Más tarde monté una residencia canina privada y una escuela canina con internado, donde preparé a unos 30 perros para que superaran con éxito las pruebas de trabajo. Utilicé los beneficios obtenidos para crear un refugio en el que encontraron hogar no sólo perros y gatos, sino también animales salvajes vagabundos como Blero, el hurón albino, y Perszil, el mapache.

Siempre me han fascinado la sensibilidad y la intuición de los animales. En los paseos, a menudo se nos unía algún perro o gatito callejero, y yo me lo llevaba a casa, lo cuidaba e intentaba buscarle un nuevo hogar. Sin embargo, los perros que se regalaban solían salir mal, así que sólo los entregaba a dueños responsables.

Muchas de las historias de mis gatitos acogidos eran desgarradoras, lo que finalmente me llevó a mantenerlos estrictamente dentro de casa y a criarlos de forma segura. Entre mis primeros gatos estaban Saba, la siamesa azul que vivió conmigo durante 19 años, y Fluffy, el persa de color plateado. La pérdida de Saba me marcó profundamente y me puso en el camino de encontrar el siguiente gato que llenara el vacío de mi corazón, y así fue como llegó a mí Doroty, una preciosa hembra de Birmania.

Mis gatos viven con nosotros como parte de la familia, y actualmente tenemos cuatro corrales interiores-exteriores en nuestro enorme jardín, así como habitaciones separadas en la casa para su comodidad.